sábado, 28 de enero de 2012

No regrets


A veces me paro a pensar como podría haber sido el mundo si tan solo un pequeño detalle no hubiera ocurrido en la manera en la que ocurrió, si un insignificante hecho no hubiese tenido nunca lugar, o, si por el contrario, hubiese sucedido.
A veces me paro a pensar en todas las veces que he pensado: "Ojalá nunca hubiese hecho esto" o "¿Por qué esto tuvo que ser así?" y me doy cuenta de una cosa. Aunque cuando me salgan las cosas mal me arrepienta y desee que todo hubiera sido de otra manera, si eso hubiese sido de otra manera no estaría viviendo la vida que estaría viviendo ahora. Da que pensar.
Aunque la vida te de bofetadas, aunque te caigas, aunque no quieras ir por el camino por el que estás yendo, al final siempre encuentras algo que te alegra, que te hace agradecer haber pasado por todo eso, que, si no te hubieses tropezado tantas veces, nunca habrías llegado a conocer.

jueves, 12 de enero de 2012

Camino

Paseando por el Templo de Debod me ha venido una reflexión a la mente, la cual me gustaría compartir con vosotros.

Muchas personas (sino todas) se han preguntado ¿qué es la vida? y, en muchos casos, se han dado multitud de respuestas que, pese a ser muy diferentes no son menos acertadas. Si me lo permitís, compartiré ahora la mía con vosotros, aunque no se si debería llamarla mía, ya que estoy convencido de que alguien (puede que incluso vosotros) se haya planteado esa pregunta desde esta perspectiva.

La vida. La vida es un camino. Pero no un camino cualquiera, no. Es un gran camino empedrado con nuestros actos, delimitado por nuestras decisiones. Las vidas de todos son un gran camino que, al igual que los caminos, se cruzan, comparten tramos, se unen para siempre o se alejan en sentidos opuestos...

Lo divertido del camino de la vida es que tiene un horizonte muy cercano. No se sabe cuando entrará alguien en tu vida, y no se sabe, por la misma razón, cuando vuestros caminos se separarán.

Y aquí me gustaría hacer alusión al un buen libro que me recomendó un buen amigo: "La Buena Suerte", un pequeño libro bastante ligero y sobre todo muy profundo, que te anima a crear tu propia suerte, a preparar las circunstancias para facilitar que algo tenga lugar, en vez de esperar de brazos cruzados a que ese algo te llueva del cielo.

De la misma manera, uno puede trabajar en su propio camino de manera que lo haga agradable, facilitando el cruce con otros caminos, ya que, como sabemos, toda persona conocida te enriquece un poquito más.
Soy consciente de que hay otras muchas posibles interpretaciones, ahí que cada uno deje volar su imaginación.

Pues bien, a lo que yo quería llegar era a que nuestro camino, como he dicho antes, esta delimitado por nuestras propias decisiones, y aquí es donde está el quid de la cuestión. Continuamente se presentan ante nosotros multitud de caminos posibles en los que se divide nuestro propio camino.

Por un lado, tenemos caminos conocidos, familiares, que ya sabemos a donde nos llevan.

Por el otro, tenemos caminos desconocidos, extraños, que, con mejor o peor apariencia, nos dirigen a lugares que solo ellos conocen. Sin embargo estos caminos, tan misteriosos, tan ajenos a nosotros, tienen algo especial, algo que te hace pensar a dónde te pueden llevar, aunque estés equivocado, aunque luego no sea así. En mi opinión, ESTOS son los caminos que hay que elegir, ya no solo para poder hacer avanzar tu camino y no convertirlo en un mero circuito viciado, sino para poder crecer como persona, para poder cruzarte con otros posibles caminos, para encontrarte con nuevas sorpresas en tu propio camino.

Y con esta conclusión finalizo la entrada de hoy, espero de corazón que haya podido ayudar a alguien que no tenga muy claro que camino ha de tomar.

domingo, 1 de enero de 2012

Muy poquitos cabos sueltos

Como me gusta ese título para esta entrada... No será el más vistoso, ni el más original, pero describe a la perfección todo este año, y eso es lo que me importa.

Y es que este ha sido un año como mínimo interesante... quizás muy interesante; y es que uno no podría haberlo pedido más completo.

Porque, vamos a ver. Nos hemos reído... Sí, nos hemos reído, y mucho.
También hemos llorado... Bueno, puede que un poco menos, pero siempre estará esa lagrimita que se escapó un día yendo hacia el colegio...
Hemos querido tirarle cuchillos afilados a alguien... Si mal no recuerdo, de eso también ha habido algo.
Preguntas... preguntas ha habido pocas, pero ha habido. Y ya de la que vamos, podemos ir diciendo que respuestas muchas menos...
...
...
Sorpresas. ¡Uy! sorpresas. Sorpresas ha habido en cantidades industriales.

Pero también ha habido muchas cosas mucho más importante que todo eso, aunque sean menos perceptibles.
Ha habido comprensión, mucha comprensión, y fuerza de voluntad, y el valor infundido por un juego tonto, y amor, mucho mucho amor acompañado de muchos muchos abrazos.

También ha habido muchas cosas que han quedado eclipsadas por otras. Ha habido un step-back, una plantita dentro de la cabeza que no quiere dejar de ser, unas enormes ganas de reír de pura desesperación ocultas tras una sonrisa bonita.

Por último, ha habido un gran cambio. Además de grande espero que no solo sea a corto plazo. Un gran cambio que incluye a grandes personas, y también incluye un "pueblo grande" y muchas grandes oportunidades.

Todo eso, bueno o malo, no ha hecho sino ir atando cabos, cabos que, al estar atados, dejan un 2012 bastante despejado y lleno de posibilidades, con un horizonte tan grande como quiera la suerte, la dedicación, o simplemente, nosotros.

sábado, 24 de diciembre de 2011

Incultura

Creo que la palabra en sí lo dice todo. Todo eso que me saca de mis casillas. Todo eso que me hace gritar en un restaurante lleno de gente. Todo eso que hace que el mundo sea un lugar triste para algunas personas.

Estoy hablando de la falta de conocimiento, la cual lleva al miedo, y éste al rechazo, y aquí surgen las tristes fobias, las que hacen que haya gente que no pueda ser tal y como es, porque se han institucionalizado una serie de cánones en esta sociedad moderna (la cual, parafraseando a mi personaje favorito, es cada día más una zoociedad moderna, o suciedad moderna, a gusto del lector). Y es que hay personas, creo que se pueden llamar así, que por unos motivos o por otros rechazan a gente por motivos tan banales, tan nimios, tan absurdos y tan intrínsecos a alguien como son el nacimiento, la nacionalidad, la religión, la etnia, la orientación sexual y un triste largo etcétera.

¿Qué está pasando? Esa sencilla pregunta. Tres palabras. Y nadie tiene la respuesta. Nadie se explica porqué motivo hoy en día uno de los motivos por los que más se critique a la Iglesia sea que quemaban a mujeres en el siglo catorce y setecientos años después haya chavales que quemen a un mendigo por ser mendigo, o que haya casos de agresiones a homosexuales por ser algo que ni es malo ni han escogido ellos.

Pero el problema no son las acciones, ni muchísimo menos. El problema son las palabras. Palabras, tan útiles, tan dañinas. Un arma poderosa según los labios que las manejen. Las palabras pueden hacer más daño que cualquier puñetazo, que cualquier patada. Las palabras pueden hacerte sentir que estás roto, que algo no va bien dentro de ti. Pueden hacer que te quieras morir.

La incultura, el peor enemigo del progreso, de la humanidad, del hombre.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Pues menuda tontería...

¿El que? ¿Qué es una tontería? Mejor. Para empezar: ¿a qué consideras tu una tontería?

No se vosotros, pero por lo menos yo, esta pregunta tan tonta es la primera vez que me la hago, y me he dado cuenta de que igual no es una pregunta tan tonta...
Pero a lo que íbamos. ¿Qué es una tontería? Para mí, una tontería no es sino aquello que se hace debido a una causa tonta. Así de sencillo. Así de fácil. De lo cual se deduce que no considero tontería algo que puede parecer tonto si la causa no lo es.

Y esto, queridos lectores, esto que puede parecer tan complicado en realidad no lo es, pero vivimos en un mundo en el que debido a una serie de factores, hay ciertas acciones que por el hecho de ser ellas ya se consideran estúpidas o tontas, sin importar el por qué se han llevado a cabo. Una vez más, mis odiados enemigos, los estereotipos, vuelven a dificultar que el hombre pueda ser un ser mejor día a día.

Pues os diré una cosa. Yo no voy a ser de esos que agarre y diga que algo es una tontería porque la sociedad lo haya dicho, porque sí. No me apetece. Es más, me niego. Y voy a luchar para que la gente de mi alrededor lo entienda.

¿Que por qué no me resigno y lo dejo todo como está? Porque, por si todavía no me conocéis, me encantan las tonterías. Si, esas acciones que puede parecer que no tienen ningún sentido. Me apasionan. Disfruto muchísimo haciéndolas, y os voy a decir una cosa a aquellos que pensáis que las hago porque sí. Os equivocáis. Las hago para ver a la gente reírse de la estupidez humana, para poder ver algo de alegría en la cara de un amigo triste, por eso las hago, y os lo diré una vez más, es algo que me ENCANTA.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Quiero música

Eso. Solamente eso. Música. Quiero música. Pero no cualquier música.

Hoy en día cualquiera conoce esa cancioncilla de ritmo pegadizo y letra fácil que te ponen en los bares y discotecas. Lo que yo quiero es música, y eso no lo es.

Música es lo que le dice a tu cabeza "sigue caminando" cuando tus pies te gritan que pares.
Es lo que te levanta por las mañanas y lo que te hace ir al colegio bailando por la calle con una sonrisa idiota.
Es lo que oyes mientras miras al vacío viendo en realidad para lo que tus ojos fueron hechos.
La música tiene sentido en la medida en la que puedas plasmar esa música en algún aspecto de tu vida y la similitud te produzca escalofríos.
La música es tu mejor amiga cuando estás triste, o alegre, o cualquier otra cosa. No le tienes que contar tus problemas porque sabes que AHÍ, en algún lugar, hay una canción que sabe perfectamente de lo que estás hablando.

La música es Romeo cantándole a Julieta, es alguien diciéndote que tomes su mano, o simplemente, alguien hablándole al hombre del espejo.

La música es el alma hecha sonido, un instrumento para poder decir más de lo que se pretende con unas pocas palabras.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

De uno en uno, por favor

¿Y por qué? Ni idea. ¿Me importa? No mucho, la verdad. ¿El qué? ...

... Soy unifunción. Por algún motivo, mi vida va girando en torno a algo, a un solo algo (por lo general) el cual puede ir cambiando, o no.
No soy capaz, o no quiero serlo, de centrar mi vida en dos cosas diferentes. Cuando estoy con algo me gusta dar el máximo de mí mismo en lo que a ello se refiere, y si soy sincero, creo que me gusta, forma parte de lo que soy.

Lo que no me gusta, lo que considero "triste" o "malo" es implicarme mucho con algo y que tenga que dejarlo atrás. No suele ser por iniciativa propia, pero eso no lo hace mejor.

Soy consciente, queridos lectores, de que es una entrada escueta, inconexa, poco interesante y no muy bonita, pero que le vamos a hacer, no tengo la cabeza en el blog, y es que soy unifunción.

domingo, 11 de diciembre de 2011

martes, 6 de diciembre de 2011

Impulsos

¿Qué te hace levantarte por la mañana? Un impulso.
¿Qué te hace caminar aun cuando te duelen los pies? Un impulso; un deseo.

Y esto es nuestra vida. Impulsos. Necesidades que están ahí para que puedas cumplir tu sueños.

Los impulsos son vida, son energía. Los impulsos me hacen salir a la calle sin motivo aparente y me hacen estar dos horas recorriendo Madrid mientras escucho música. Me hacen bailar en el Metro aunque todos me estén mirando. Me hacen querer gritarle al mundo, soltar una tímida risa o una gran carcajada en este mundo cada vez más triste. Me hacen despertarme por la mañana con la esperanza de que ese día voy a ser mejor persona, que voy a hacer feliz a alguien.

¿Y qué impulsos mueven mi vida y me hacen vivir mejor?

Fácil. La esperanza de que mañana será otro día. Una foto. Una mirada. Una sonrisa... Tú.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Precipitarse

Es algo que me encanta. Precipitarme. Saltar al vacío sin saber que hay abajo, a quién me llevaré por delante... Y claro, cuanto más te precipitas, más fuerte es luego el golpe.

Y yo eso no lo puedo evitar, no tengo paciencia para asomarme al borde del precipicio y ver lo alto que es... directamente salto. Es curioso, sin embargo, el hecho de que encontrarte ingrávido en el vacío, en la incertidumbre más absoluta, es fascinante. El corazón te late a mil por hora, puedes volar y puedes imaginarte que ahí abajo, en el fondo, te espera un colchón de plumas.
Pero a veces no es así. No. Hay veces en las que lo único que te espera abajo es el frío suelo, tan sólido, tan contundente.

Supongo que pensaréis que de tantas veces que me he caído algo tengo que haber aprendido, ¿no? Por suerte (o por desgracia),  yo soy yo, y yo nunca aprendo, aunque sí me haga más fuerte.

Y es que, ¿qué le voy a hacer, si me encanta precipitarme?