Viendo un bonito paisaje, oliendo algún perfume o escuchando alguna pieza musical, pocas veces uno cae en la cuenta de por qué puede hacer todo eso; nos parece algo tan intrínseco a nosotros mismos que no nos lo llegamos a plantear nunca.
Hay momentos en los que me quedo embelesado admirando los objetos más sencillos, por el simple hecho de poder mirar; o me quedo tumbado en la cama disfrutando del tacto del colchón sobre mi espalda, maravillado por el simple hecho de poder sentir.
Y lo mismo se podría decir de los otros tres, pero dado que la gente a diario los "utiliza" menos, cuando se disfruta con ellos es más perceptible.
Con todo, queridos lectores, os aconsejo que, si alguna vez tenéis algún momentito libre, os entreguéis a vuestros sentidos y disfrutéis de la simple (y tan compleja) capacidad del mundo de maravillaros, ya que es más fácil y satisfactorio que leer las elucubraciones de un loco.
leer tus elucubraciones tambien es genial Pablo:)
ResponderEliminarpero si, la verdad es que necesitamos hacer de vez en cuando eso...
y si Pablo, me encanta tu entrada, y no, no la has escrito mal, vale? ^^