Hay veces en las que me gustaría vivir en cualquier otro lugar, y tiempo.
Me gustaría llevar camisas de hilo y pantalones remangados, y vivir en un barco de vela en alta mar...
Me gustaría vivir en una época en la que las cosas se obtuviesen con el sudor de la frente y no con unos pocos billetes, donde la gente se divirtiese disfrutando del campo, no enfrente de una televisión y donde para ser feliz uno sólo tuviese que comer y dormir.
Otras veces me gustaría vivir en algún templo perdido en la cordillera tibetana, aprendiéndome a mí mismo, descubriendo cada una de las partículas de mi propio cuerpo.
También me gustaría vivir en algún pueblecito indómito en medio de la Toscana, pudiendo caminar entre viñedos sin importarme los problemas de la sociedad.
Me gustaría vivir EN la naturaleza; CON la naturaleza, disfrutando cada segundo de la brisa marina, de los suaves prados, de la fresca nieve o de los mágicos atardeceres.
A mí me invade ese sentimiento cuando como tomate de verdad, jugoso y lleno de sabor, tortilla dorada y no de un amarillo apagado, moras cogidas con mis propias manos... y pienso que a nuestra vida, tan perfecta, tan fácil, le falta color, le falta sabor, le falta esencia.
ResponderEliminarTe veo bastante franciscano...y me agrada. Es bonito que escribas de nuevo
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